Callejones sin salida. CAPÍTULO 11.

 


Quizás fue el color del papel en un tono anaranjado lo primero que llamó la atención de Ibar. Eso, junto a los entusiastas halagos que el veterano almacenero expresaba y que tenían por principal destinataria a una escotada y blonda modelo que acompañaba al jugador de fútbol objeto de la nota periodística. Jacinto Misle había levantado el recorte de diario desde el montón de papeles que tenía por revisar para aplicar el pegamento en su revés y estamparlo en su cuaderno dedicado a la nueva temporada del club de fútbol Palestino. Fue en los breves segundos que lo sostuvo en el aire cuando una alarma se activó al interior de Rodrigo Ibar y que lo llevó a apoyar sus dos manos en el mesón y acercar la vista al trozo de papel.

—¡Espérese, espérese Don Jaci! Présteme un poco el recorte, no lo pegue todavía -y estiró la mano para casi quitárselo.

—¡Oiga no me lo arrugue! ¿Qué le dio ahora por interesarse en cosas del fútbol? ¡No me diga nada… lo que le llamó la atención es la figurita que aparece junto a la nueva estrella del equipo!

—No Don Jaci, présteme, mire que me interesa el otro lado…

—¿¡De la modelo!?

—¡Estamos jocosos esta tarde, ah!

La nota del periódico dedicado a las finanzas era breve pero tenía una fotografía con el inconfundible letrero de la estación de trenes de la comuna de Graneros, en la Región de O´higgins. En otra imagen más pequeña se podían ver los altos y añosos árboles del Campo Escuela. Fue el titular en negritas, y de redacción anodina para cualquier otro, lo que lo estremeció. “Inminente acuerdo económico por derechos de aguas en predio scout”. En un lenguaje más bien técnico la noticia daba cuenta de la participación por parte de un “importante grupo inversor del extranjero” en la cesión de derechos de aguas subterráneas asignados a la Asociación de Guías y Scouts en coordenadas correspondientes al predio de su actual Campo Escuela de formación. Los recursos, agregaba el texto en tono optimista, “permitirán a esta corporación de derecho privado solventar deudas de larga data que se arrastran desde la realización del Jamboree Mundial en Chile. Así también se dará viabilidad económica a sus futuros proyectos en la zona que beneficiarán a los integrantes de esta institución y a quienes residen en esta comuna. Gestiones promovidas, a la par de esta corporación, por la empresa de consultorías SEQUOIA JPO ”.

—¿¡Qué pasó se siente mal!? ¡Se puso pálido!

—…

—¿Una mala noticia?

—…

—¡Reaccione pues hombre que me está preocupando! -le dijo Misle mientras lo movía apoyando su mano en el hombro derecho de Ibar-

—No sé Don Jaci …una…una tremenda sorpresa. No me esperaba esto. Lo que sí le puedo decir es que no va a poder pegar ese recorte, al menos no hoy día, me lo tengo que llevar, voy a tener que sacarle fotocopia, varias fotocopias.

—¿Tanto le gustó le chiquilla?

—Y dele con eso…

—Bueno, pero me lo trae de vuelta, mire que no tengo otro y se me va desordenar el álbum.

—Seguro Don Jaci, no se preocupe… por este favor lo acompaño al estadio al próximo partido del Tino Tino Palestino, y yo compro las entradas -dijo Ibar mientras levantaba el papel lo más alto que su brazo se extendía como si se tratase de un trofeo y salía rápido del almacén-

—¿Y el vermú? -fue la pregunta que se quedó sin respuesta en boca del almacenero.

Rodrigo Ibar estaba tan entusiasmado con el hallazgo impreso en papel de diario que no se decidía si buscar un lugar donde sacar las fotocopias o llamar de inmediato a su amigo Alberto Cifuentes para darle a conocer la noticia que aclaraba cuál era ese “proyecto en común” que Ordaz tenía para, según le había dicho, ir en ayuda de la Asociación. El cuento entonces -meditó- va por medio de los derechos de aguas subterráneas. ¿Y de dónde venía el dinero para la inversión? ¿Cómo encajaba la muerte de Reyes en todo esto? Las preguntas se le amontonaban. Se decidió por volver a su departamento primero para guardar en una carpeta el recorte y llamar desde ahí a Cifuentes. Apuró el paso y entró al edificio pensando en cuántas veces había escuchado sobre la humedad del terreno en el Campo Escuela. El ascensor demoraba y optó subir por las escaleras los cinco pisos para llegar hasta el inesperado y desatendido hogar que había tenido que instalarse tras la separación. Estaba eufórico y dándole tantas vueltas a esta revelación que no se percató del hombre alto, de tez muy morena, con zapatillas Air Jordan, jeans rotos, gafas de sol y jockey que sigilosamente lo comenzó a seguir. Menos aún pudo notar el pequeño bolso Louis Vuitton que este llevaba colgando en bandolera donde guardaba una recién aceitada Glock punto 40 en su interior.

LOS ACONTECIMIENTOS Y PERSONAJES DE ESTE RELATO SON FICTICIOS. CUALQUIER SIMILITUD CON LA REALIDAD ES SOLO COINCIDENCIA.






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