miércoles, 31 de mayo de 2017

ROGELIO (UN CAN SCOUT)


Esta es una de esas historias que "caen del cielo" o la buena fortuna nos trae desde lugares inesperados. Nos llegó desde ese mundo que llaman "redes sociales" y en voz de Eduardo Santos un Antiguo Scout del Grupo Salesianos Alameda, hoy dirigente del Grupo Licancabur del Distrito Quilicura en Santiago de Chile. 

Un relato que comenzó allá por el año 2009 cuando la Tropa Nordavind salió a un potrero a practicar técnicas de campismo y acecho. Así lo contó Eduardo:

"Era sábado en la mañana y mientras caminábamos algo nos seguía. Primero no lo vi y luego no lo tomé en cuenta, pero ese "algo" nos acompañó toda la mañana. Luego tuve que partir a mi trabajo, así que despedí a los muchachos, y mientras caminaba "eso" me siguió. Era un perro Setter Irlandés.
Un vecino tenía un perro igual así que pensé que se trataba de su mascota y le gritaba "Chocolate, ándate a tu casa"... sin embargo al llegar a casa de mi vecino para entregarle al perro, vi que "Chocolate" estaba con él. Y yo estaba con un perro desconocido...



... La Tropa Nordavind se reunió de emergencia para encontrar a los dueños del animalito (tremendo perro) pero luego de varios días no hubo resultado. Entonces decidimos que entre todos lo cuidaríamos y nos turnaríamos cada semana. El perro comenzó a ir a reuniones, se hizo con un pañolín y se convirtió en el primer "perro scout" del Distrito Quilicura...




...Mi hijo menor, que entonces tendría unos 7 años le puso "Rojelio", por su pelaje, pero al final quedó como "Rogelio". Empezó a salir con nosotros a todos los campamentos y actividades. Se hizo famoso en el Campamento Zonal de Patrullas y por su carácter dócil y obediente se hizo conocido, no sólo entre todos los scouts, sino también entre vecinos y autoridades (no siempre se ve un perro con pañolín y mochila) 



... Al tiempo se hizo claro que el compartir los cuidados de Rogelio no funcionaba. Así que finalmente se quedó conmigo a pesar de su gran tamaño y la poca vocación para el cuidado de perros que teníamos en la familia. Al final sólo fue cosa de acostumbrarse...

...Un animal muy enérgico, con un ladrido ronco y poderoso, aunque no lo ocupaba mucho (demoré un par de semanas en conocer su voz). 
Una vez fuimos a acampar a la costa, se puso a correr por la playa enloquecido toda la tarde, se metió al agua y se revolcó feliz en la arena. En los cerros subía primero y nos esperaba mirando hacia abajo preguntándose cómo los bípedos son tan incapaces. En un desafío atravesó junto a la Tropa y la Compañía el Parque Nacional "La Campana" desde Ocoa hasta el Cajón Grande en Olmué. Recorrimos quebradas y bosques por todas partes. En ese tiempo, según nos informó un dentista, tenía 6 años. Han pasado los años y siempre ha estado con Guías y Scouts. Ese mismo veterinario fue quien descubrió su artrítis... 



...Participó con su Tropa en el Jamboree 2016. Un día se quedó durmiendo en la carpa y al despertarnos no nos encontró porque estábamos en el Área de Torneo. Con su artrítis y unos 12 años a cuesta (unos 84 años humanos) partió a buscarnos. Subió los cerros de Picarquín haciendo el recorrido completo del raid más largo...volvió feliz y cansado. Desde haces algunos meses no participó más con nuestro grupo. Le duelen sus "patotas" y se queja, pero siempre te recibe moviendo la cola... 

...El fin de semana recién pasado el Grupo Licancabur partió a su campamento de otoño. El viernes mi esposa me llamó para decirme que Rogelio estaba mal. El veterinario lo revisó pero no había mucho por hacer. Regresé a casa como a las dos de la tarde. Me vio llegar y acostado sobre sus colchas movió la cola como pudo. Luego de jadear un rato, finalmente dio su último aliento a las 15:08...



... Tengo obligaciones. Así que con el alma partida me fui al campamento. En la noche del fogón recordamos especialmente a Rogelio. Una golondrina me preguntó "¿dónde están los perros que se mueren?" y le dije no sé. No pude dormir y la mañana del domingo siguiente durante el Momento del Creador pude corregir...

...le dije "Ellos nos se van. Se acurrucan a un costado de nuestro corazón y allí duermen". 

      
Desde ArgotScout agradecemos a Eduardo Santos R por haber compartido esta historia con nosotros. Un relato que muestra como la Hermandad Scout puede ir incluso más allá de la Raza Humana.