viernes, 27 de noviembre de 2020

CALLEJONES SIN SALIDA 5

 


La humedad y el frío del predio se hacían notar a las dos y media de la madrugada. Alberto había despertado a Antonio con algo de dificultad y habían salido de la carpa con sigilo para no alertar a nadie más en el campamento y poder observar con calma el lugar donde se cometió el asesinato y donde según Mortelmans habían dejado un mensaje relacionado. Suponían que a esa hora ya no quedaría nadie en el “sitio del suceso”, más aún considerando que poco antes  de las once de la noche en una camioneta blanca del Servicio Médico Legal se habían llevado el cadáver de Fernando Reyes que, sobre una bandeja metálica y cubierto por una tela, más amarillenta que blanca, recorrió por última vez los terrenos bajo los altos árboles del Campo Escuela.

Efectivamente, como pensaron, ya a esa hora no quedaba nadie en el lugar. Los peritos de la policía (fotógrafos, planimétricos y otros) habían terminado su tarea. Solo las cintas plásticas blancas con letras azules y el llamado a “NO PASAR” junto a la sigla PDI, balancéandose con la brisa nocturna, daban cuenta del lugar donde se había cometido un homicidio. Un hecho inédito e insólito al interior de la Asociación por la gravedad del delito en si mismo, y porque había venido a remover y poner de manifiesto discrepancias, conflictos y hasta traiciones internas que todo indicaba llevarían a un inminente cisma. Eso, aparte de los malos recuerdos que esta víctima en cuestión les traía nuevamente a la memoria a muchos de quienes dormían, o se desvelaban, en sus carpas y en las cabañas del sitio a esa hora. Y eran muchos más de los que Antonio Ibar siquiera podía imaginar.

Avanzaron sin encender sus linternas. Silenciosos, pisando primero con el talón y luego con la planta del pie como si de un juego de acecho se tratase. Los restos de la casona consumida por el fuego le daban a la escena un ambiente aún más siniestro. Con sus pocos muros aún pie, descascarados y tiznados, trozos de adobe en el suelo y vigas carbonizadas arrumbadas, se había convertido en el escenario ideal para ambientar las historias de misterio, o francamente de terror, que por tantas y tantas noches guiadoras y dirigentes inventaban junto a una fogata para animar alguna velada en sus unidades.

Un inmueble que se decía, además, había sido propiedad en épocas coloniales de Catalina de Los Ríos y Lisperguer, la mismísima “Quintrala”. Eran parte de esas narraciones los gemidos y gritos de agonía de esclavos azotados que se escuchaban algunas noches. También la risa estentórea y los conjuros de la colorina mujer, que en arrebato de ira y orgullo expulsó al mismo Cristo de su casa.

Buscaron en el suelo una silueta humana recortada contra el piso con pintura, tiza o alguna cinta como habían visto en las películas pero  no encontraron nada similar. Un par de charcos de un líquido casi negro y casi seco dieron cuenta del lugar donde Reyes había caído mortalmente herido.

_ ¿Habrá gritado?

_ Seguramente Toño, supongo que si te están apuñalando uno grita del dolor.

_ ¿Y nadie lo escuchó?

_ Mmmmm. Cierto, ninguno de los que hemos entrevistado dijo haber escuchado gritos.

_ Enciende tu linterna Alberto. Busquemos ese supuesto mensaje en la pared.

Un ángulo de luz dividió la oscuridad a su alrededor y comenzó a recorrer pausadamente el muro que estaba detrás de los charcos de sangre seca. No quedaba casi nada del color verde agua que alguna vez recubrió ese muro. Vieron algunos trozos de adobe y alambre allí donde el revestimiento de yeso se había caído; un corazón con dos iniciales rayados seguramente con un clavo en un arranque romántico; y poco más arriba a menos de dos metros del suelo escritas recientemente con plumón rojo el texto al que seguramente había aludido Mortelmans.

                 GUÍAS KATRALAS ¡TREVOLUCIÓN!

                           MUERTE AL PATRIARKADO.

Solo un par de segundos alcanzó a estar iluminada la consigna cuando sintieron un ruido a sus espaldas. Cifuentes se giró y desvió rápido el haz de luz tratando de buscar la esquina desde donde surgió. Casi de inmediato alguien salió huyendo. Cifuentes e Ibar no dijeron palabra y salieron corriendo también en su captura. Pronto se dieron cuenta que no lo lograrían. La furtiva silueta se alejaba veloz ganando terreno y se acercaba al camino flanqueado por los árboles. En medio de la carrera el foco de luz daba intermitentemente con la figura que los adelantaba. Usaba polerón de color oscuro al igual que el gorro de lana que llevaba, jeans y zapatillas negras. Agotado y sintiendo que le faltaba el aire Ibar se detuvo. Pocos metros más adelante su amigo hizo lo mismo. Vencidos en la carrera solo pudieron seguir con la vista a la presa que se les escapaba. Semiagachado con sus manos sobre las rodillas, tosiendo y tratando de recuperar el aliento, Ibar comenzó a reír por el patético espectáculo atlético que habían brindado. Miró por última vez a quien los había estado espiando. En la seguridad de la distancia ganada la silueta se detuvo bajo uno de los últimos focos encendidos en el camino hacia las pérgolas del Campo Escuela. Se dio vuelta para  observarlos y con gesto desafiante se sacó el gorro para dejar a la vista una cola de caballo que en su vaivén parecía saludarlos burlonamente.

                  ………………………………………..

Al día siguiente Antonio Ibar ya estaba de regreso en Santiago y el mismo día de su retorno, al volver de hacer algunas compras en “El Baisano”, encontró al entrar a su departamento en Recoleta, un sobre que habían deslizado bajo su puerta. Un mensaje impreso en hoja de papel reciclado que distaba mucho de ser una invitación. Las remitentes se identificaban como el “Colectivo Guías Katralas” y lo “convocaban” para entregarle una declaración sobre el asesinato de Fernando Reyes. Decidió asistir. Pero no a la hora de la cita. Estaría mucho antes vigilando en torno a la dirección de calle “Dieciocho” que le habían enviado. Algunos trucos aprendidos en su anterior trabajo le servirían ahora en su imprevisto oficio. Tenía algo de tiempo de ventaja. El suficiente para una cerveza fría. Tomó la penúltima botella de una “bock” que quedaba en su refrigerador y decidió acompañarla con la playlist titulada “2 am” pensada para su trabajo de conductor de radiotaxi. El primer tema fue “Mad about you” versión en vivo del 2012 de los “Hooverphonic”. Así, la voz de Noémi Wolfs diciéndole con triste sensualidad “trouble is your middle name”, fue una clara advertencia… que no supo atender. 



(LOS ACONTECIMIENTOS Y PERSONAJES DE ESTE RELATO SON FICTICIOS. CUALQUIER SIMILITUD CON LA REALIDAD ES SOLO COINCIDENCIA.)



jueves, 27 de agosto de 2020

CALLEJONES SIN SALIDA 4


 
A los pocos pasos de entrar a Campo Escuela se le acercaron dos carabineros para decirle que no se podía ingresar. Hizo falta varios minutos de negociación y que lo avalaran el Presidente de la Corte de Honor Nacional; un par de integrantes del Consejo Nacional; el administrador del predio y su amigo Alberto Cifuentes para que después de anotar varios de sus datos personales, con carné en mano, lo dejarán ingresar con la clara advertencia de no acercarse al “sitio del suceso”, como llamaron al lugar donde aún estaba el cadáver de Fernando Reyes. 

Luego del trámite, un abatido Cifuentes le dio un abrazo de bienvenida. Su rostro lo tomó por sorpresa. Por teléfono lo había notado nervioso pero ahora expresaba claramente lo complejo de la situación. No solo se le notaba cansado, además tenía una expresión que Ibar solo recordó haberle visto un par de años atrás en el funeral del padre de su amigo. Era algo como entre desconcertado, triste y a la vez con una profunda preocupación.

_Tengo un muy mal presentimiento Toño. Aparte de lo de Reyes acá, desde antes de llegar se notaba que sería una Asamblea difícil, con mucha hostilidad. Corren rumores de un quiebre. Aquí el ambiente se corta con cuchillo…

_ ¿Estas perfeccionando tu humor negro o solo es una expresión desafortunada considerando la muerte de Reyes?

La pregunta tomó por sorpresa a Cifuentes y mirando a Ibar se largó a reír con sinceridad logrando distender un poco el ambiente de presión que se hacía notar en Campo escuela. Eso, además, de atraer más aún las miradas de quienes ya murmuraban sobre el recién llegado.

_ ¿Cómo es eso de un quiebre?

_ Una división Toño. Desde hace semanas en redes sociales de unidades y grupos vienen mencionando, más menos veladamente, que esta Asamblea es, o era a estas alturas , un momento crucial para el futuro de la Asociación. Han circulado también imágenes de las insignias de los scouts independientes y de la Federación de Scouts Católicos con textos y lemas del tipo: “Renacer”, “Refundar” o “¿Por qué no?”  

_ ¿Independientes?

_ De la Federación Mundial de Scouts Independientes… 

_ ¿Esa no es la de la Agrupación?

_ La misma. Pero no solo de ellos. Han crecido bastante. Es la segunda organización scout a nivel mundial y no exigen como la OMMS que exista solo una organización por país. Como es una Federación admiten a varias. Con la fragmentación, crecen. Además –agregó bajando la voz- están los de la “Fraternidad Cruz del Sur”.

_¿Y esos?

_ Un grupo de Consejeros muy disidente de la actual dirección y que estoy casi seguro para esta Asamblea  estaban planificando una movida…

_ Parece novela de la guerra fría… esas tipo “El espía que regresó del frío” de Le Carré…

_ No la he leído. Pero acá todo muy tenso y lleno de suspicacias Toño. No me gusta nada esta cuestión, me desanima.  Y ahora, con un homicidio de por medio. Yo sé que suena melodramático pero aquí hay hilos que alguien mueve en las sombras. 

_Es verdad, suenas un poco teatral, pero dadas las circunstancias voy a evitar las burlas. Mejor piensa que no son pocos los que siempre y para cualquier ocurrencia tienen a mano el cliché de decir  que este es un “Movimiento”. Bueno, aquí  estamos. Parece que las cosas se están moviendo … a veces tan rápido que se escapan de las manos.

_¿Tanto como para asesinar ?

_ No lo sé. Para eso me llamaste. Para tratar de averiguar algo. Voy a bajar mis cosas del auto y me instalo en tu carpa. Luego nos comemos unos sándwiches que me prepara un amigo en mi nuevo barrio y después vamos a salir a conversar con los conocidos y hacer algunas preguntas. ¿Van a sacar alguna declaración a la prensa?

_ La están preparando.

_ Antes de que la entreguen a todos, consíguete una copia y pásamela. Se la voy a adelantar a una amiga, ex colega, que está afuera. Ella después nos puede ayudar con otros datos.

Pasaron algunas horas en las que Ibar conversó con varios conocidos y con otros que no lo eran tanto. Comenzaba a oscurecer cuando se encaminó hacia el lugar donde le indicaron acampaba el líder de la "Fraternidad Cruz del Sur". 

Con ojos claros y barba encanecida, más bien parecía un patriarca bíblico. Considerado entre los “dirigentes históricos del sur” Germán Mortelmans era corpulento y de gestos pausados. Descendiente de familia belga, era una figura destacada e influyente entre guías y scout de su zona y otras aledañas. Con residencia en Ensenada y jefatura de un grupo local, su voz era considerada como la representante válida de varios grupos de las regiones de Los Lagos, Los Ríos y  Araucanía. Tenía también contactos cercanos y hasta de amistad con los “Scouts de Europa”. En Santiago lo sabían y le ponían cuidado.

_ ¡Buenas noches Sr Mortelmans –dijo Ibar acercándose al círculo de luz un tanto anaranjada que emanaba de una lámpara dejada en el suelo casi al centro del campamento que había instalado la delegación sureña.

_ ¿Sr Ibar? Si no me equivoco… buenas noches acérquese.

_ Vengo por encargo de la Corte de Honor Nacional…

_ Sabemos a qué y a nombre de quién viene –lo interrumpió el hombre de unos 60 años que frecuentemente hablaba en plural.

_ ¿Me permite? –pregunto Ibar señalando una silla plegable frente a la que se encontraba Mortelmans. 

_ Adelante, tome asiento y mejor seamos directos, acá todos ya saben cuál es su tarea… y nos parece bien. 

_ ¿Qué le parece bien?

_ Ese asesinato debe aclararse por el beneficio de todos.

_ Estoy de acuerdo. Me facilita también la tarea el que valore el encargo que se me ha hecho. Entonces, seamos directos…

_ …imagino que Ud quiere saber si conocía a Fernando Reyes. La respuesta es sí. Si teníamos algún un acuerdo con él. La respuesta es la misma. Aunque nunca confiamos que fuese a cumplirla del todo. No nos fiamos de los santiaguinos, menos de uno como él.

_¿A qué se refiere con “uno como él”?

_ ¡Un manipulador! Así de claro Sr Ibar. Dicen que no hay muerto malo, pero también se dice que “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.

_ No pensé que le gustara Serrat.

_ Lo canta Serrat, pero la frase es de Machado. Igual lo anoto como un punto a su favor.

_ Tiene razón. Entonces ¿tenían o no un arreglo con él?

_ Algo así. Pero no nos jugamos todas las cartas con alguien que no conocemos. Teníamos y tenemos nuestra planificación aparte de las directrices centrales ¿no sé si me entiende?

_ Le entiendo. ¿cuál era ese acuerdo con Reyes?

_ A ver, dijo - y se cruzó de brazos acomodándose en la silla plegable de camping que soportaba su considerable humanidad- Es un secreto a voces que desde hace algún tiempo estamos en franca oposición a la determinaciones que se han tomado en la Asociación. Es decir, hablamos desde el tradicional centralismo hasta la incorporación de postulados que nacen de ideologías ajenas al Movimiento. Mire para serle franco, desde el “Sur” pensamos que se ha errado el camino. Que se ha traicionado el origen. Recuerdo bien, por ejemplo, que a fines de los 70s y principios de los 80s entró fuerte la gente de SILO a tratar de incorporarse al Movimiento.  ¿Le suena eso de SILO?

_ ¿Un filósofo argentino no?… el que inspiró luego al Partido Humanista.

_ Mario Rodríguez Covos, filósofo si Ud quiere llamarlo así –Mortelmans ladeo la cabeza, entornó los ojos y siguió hablando- Bueno es verdad, de ahí nació el partido Humanista. Pero le hicieron empeño también al Movimiento. Sobre todo a nivel Ruta. Mandaban gente a dar charlas en las reuniones, organizaban encuentros, promovían campamentos compartidos para hacer proselitismo. Incluso antes de Silo pasó también con varios clanes que se declararon públicamente marxistas. Me tocó ver varias banderas de Ruta con la efigie de "El Che” en algunos encuentros. Ahora ocurre algo similar, pero con otras orientaciones. Todo pensamiento emergente trata de ganar adeptos ¿no? La diferencia es que ahora están en la cúpula y no en la periferia. Nosotros no nos dejamos engatuzar Sr Ibar y preferimos seguir siendo… como decirlo apropiadamente… seguir siendo lisa, llana y, sin Ud quiere, simplemente scouts.

_¿Entonces le gusta el uniforme con pantalón corto?

Mortelmans sonrió y miró por el rabillo del ojo hacia un costado donde permanecía de pie en la semisombra, casi sin moverse, uno de sus acompañantes. Acercó sus manos a la lámpara que iluminaba su rincón de campamento como si se tratara de una pequeña fogata. Luego tomó una taza con agua caliente que había a su lado en el suelo y sacó una bolsita de té desde el bolsillo de la chaqueta de grueso cotelón café oscuro con chiporro que le abrigaba.

_ No hace falta el sarcasmo Sr Ibar. Sepa, en todo caso, que no tengo pelos en la legua y sí muchos en las piernas. ¿Hablamos entre adultos ¿no? 

_ ¡Claro! ¿Y entonces, qué tiene que ver Reyes en esto?

_  ¡Impaciente como todo capitalino! –reprochó Mortelmans mientras sacaba la bolsita de té del tacho, la dejaba en un portavasos de malla de la silla plegable. Luego, del mismo bolsillo sacó un pequeño frasco de miel para endulzar su infusión.

_ ¡Buena aroma! –exclamó Ibar.

_ ¡Buen olfato Sr Ibar! Sin duda un buen aroma... Vamos entonces a compartir este poco de té rojo Pu-Erh “Caramelo Belga” –y apenas terminó de decir esto apareció desde las espaldas de Ibar en absoluto silencio un joven de uniforme con el pañolín de los mismos colores que llevaba el jefe de grupo sureño. Se acercó al quincho cercano y desde un termo vació agua caliente hasta llenar tres cuartos de un tacho de metal enlozado amarillo que luego en total silencio ofreció a Ibar.  

_ ¿Me decía?

_ ¿Es cierto que para esta Asamblea la Fraternidad de Guías y Scouts del Sur estaban preparando una sorpresa?

_ ¿A qué se refiere con eso de “sorpresa”?

_ Una como abandonar la Asociación y pasarse a la Federación Mundial de Scouts Independientes

_ ¡Va bien encaminado Sr Ibar! Es cierto, no nos gustan como van las cosas y esta Asamblea tenía que ser el punto de inflexión. Teníamos todo preparado. Reyes nos aseguró que en el Consejo Nacional teníamos algunos respaldos, y que durante la Asamblea tendríamos opción de expresar nuestra posición. Lo que él no sabía, y al parecer luego se enteró, es que ese sería el momento adecuado para leer nuestra declaración de principios y anunciar nuestra escisión. Nos separamos de la Asociación. Más de 30 grupos del sur pasámos a integrarnos a la Federación Mundial de Scouts Independientes. Otros del Maule y de la zona Norte Verde también se sumarían. Como acto fundacional comenzaríamos además una toma del Campo Escuela por un par de días desalojando a todos los que no se plegaran. Teníamos todo listo incluso las insignias de la WFIS que ya guardamos en nuestros bolsillos de la camisa y que colocaríamos rápidamente con alfileres de gancho sobre la de la Asociación. Sepa también que en estos momentos hay cerca de 200 guías y scouts del sur acampando y acantonados en distintos lugares de Graneros que se trasladarían hasta acá para ingresar a nuestra señal y concretar la toma del Campo Escuela. 

_ ¿Lo de Reyes entonces…

_ ¡Nos fregó los planes pués! La muerte de Reyes lo truncó todo. Pero solo es una demora. Esto se hará de todas maneras. Cuénteselo a su amigo en la Corte de Honor Nacional. Además, ya no lo consideramos un secreto. Volveremos al sur y allá tendremos nuestra ceremonia. ¿Ud es periodista no? Cuando quiera viaje no más a Ensenada. Lo recibiremos con una distante cordialidad. Así nos hace un reportaje. “Los Scouts separatistas del sur”…ya me imagino su titular.

_ ¿Y sobre Reyes?

_ ¡¿Qué más le puedo decir sobre Reyes?! Para él... un ¡Requiem In Pacem! y un gracias por nada -dijo mientras se comenzaba a levantar y seguido por su silencioso escolta se retiraba pausadamente del circulo iluminado por la lámpara.   

_ ¿Y Ud quién cree que lo mató? -alcanzó a preguntar Ibar antes de perderlo de vista.

_ Yo hace mucho que de buenas a primeras no creo nada - respondió la voz de un Mortelmans ya inmerso en la oscuridad- Pero, en la pared junto al cadáver... dicen que hay un mensaje ¿ya lo vió?



(LOS ACONTECIMIENTOS Y PERSONAJES DE ESTE RELATO SON FICTICIOS. CUALQUIER SIMILITUD CON LA REALIDAD ES SOLO COINCIDENCIA.)





lunes, 27 de julio de 2020

CALLEJONES SIN SALIDA 3





No estaba seguro si fue por la amistad de tantos años con Alberto Cifuentes que casi le imploró por ayuda. O lo insólito y novedoso de la tarea que le había pedido. Tal vez por esa emoción de sentirse un poco como un detective privado de novela y también algo de morbo por averiguar más detalles sobre el homicidio de Fernando Reyes. Quizás simplemente solo quería alejarse un rato de Santiago y del peso de los recuerdos constantes de Lorena y su hijo Sebastián. Posiblemente era un poco de todo eso. Lo cierto es que Antonio Ibar luego de terminar el llamado con su amigo marcó el número de la central de radiotaxis, dijo que no estaría disponible por unos días y se dispuso a tomar su auto para iniciar el viaje al Campo Escuela. Un recorrido de una hora y media si conducía sin apuro. Pero no era el caso, tenía prisa así que tomó una mochila y echó todo lo que se le ocurrió que podría servirle para la misión de averiguar entre los asistentes a la frustrada Asamblea Nacional los datos que pudieran ser de utilidad para aclarar esta muerte y brindar esos antecedentes “reservadamente” a la Corte de Honor Nacional como le había solicitado encarecidamente y casi susurrando su amigo. “Reservadamente”. Pensó que seguramente tendría que pasar la noche en el predio; así que también buscó un saco de dormir y una manta extra porque la humedad del lugar se le hacía cada vez más notoria con cada jornada de campamento.

Eran cerca de las 10 de la mañana del segundo sábado de octubre. No habrá desayuno, pensó, y tal vez tampoco almuerzo. No está demás pasar antes del viaje donde Don Jacinto y pedirle entonces un par de esas marraquetas con unas rodajas de malaya, queso y tomate con un poco de ajo que sabe preparar tan bien. Aún se relamía cuando cerró  la puerta del departamento y se dispuso a bajar por las escaleras los siete pisos y caminar el par de cuadras que lo alejaban del Minimarket “El Baisano”.         
Al llegar a la calle notó un leve malestar en la rodilla derecha. Caminó la media cuadra que ya se conocía de memoria hasta llegar a las puertas del local donde a manera de bienvenida colgaba un antiguo banderín del club Palestino ya con sus colores desgastados por el sol. Nada más entrar a la tienda sintió el sonido agudo de una guitarra eléctrica y el marcado compás de una batería de fondo. Esperó algunos segundos a que comenzara la canción… pero nada, volvió el solo de guitarra…

_ ¿Y en esta nadie canta Don Jaci?
_ ¡En esta no poh Toño. Esta es instrumental! ¿Pero verdad que tocan bonito?, son “Los Diablos Azules”
_ Suenan harto bien la verdad. 
_ ¡Fabuloso dirá! Estos gallos tocaban fabuloso. Y el que sigue es un temazo. Se llama “Te quiero” y yo se lo dedicaba a la Fátima cuando andábamos de pololos en la feria de juegos que se instalaba todos los veranos en Cartagena.

…one, two, three, four… y empezó nuevamente a sonar la guitarra 

_ ¿Y ayer no estaba escuchando a los “Red Juniors” Don Jaci?
_ Sí pues, los mismos.
_ ¿Ve Don Jaci? “Los Diablos Azules” y “Los Red Junior” Cómo le digo siempre, Ud en materia de la “Nueva Ola” tiene del color que le pidan...   

Conoció a Don Jacinto Misle, fanático de la Nueva Ola e hincha inclaudicable de “Palestino”, el mismo día que se había cambiado al departamento en Recoleta. De eso ya habían pasado casi tres meses. Ese fue un día triste para Antonio Ibar y se le debe haber notado mucho porque “Don Jaci”, como le decía ahora, sin conocerlo se dio a la tarea de levantarle el ánimo y hasta le sirvió un vasito del “vermú” que guardaba celosamente bajo el mesón. Simpatizaron de inmediato y ahora era su proveedor oficial no solo de mercaderías si no también de noticias del fútbol y de recuerdos y datos “trivia” de la Nueva Ola. Eso, además de los “sándwiches personalizados” que con habilidad preparaba este baisano con los productos de su local.

Subió al auto, dejó la bolsa de papel con su reserva de alimentos en el asiento del copiloto. Para acompañar el viaje escogió la lista de música preparada para su trabajo en el radiotaxi titulada “3 am”. Su Nissan mexicano, al que llamaba “El escuincle” comenzó a avanzar por Avenida Recoleta al sur al tiempo que por lo parlantes sonaba “Never Let Me Down Again” de los Depech Mode. Subió el volumen y comenzó el viaje con el recuerdo de hace más de veinte años  cuando durante un descanso de las sesiones de un Curso Básico de formación supo por primera vez quien era  Fernando Reyes.
…………………………………
¡Pieza tocada , pieza jugada!  
¡NO! No he tocado ninguna pieza.
¡Tocaste el caballo! Lo tocaste  y lo dejaste luego porque no tiene donde ir, está perdido!
¡No he tocado ninguna pieza. No seas patético!  -insistió Reyes y levantó la voz para reafirmarse, logrando que los que estaban más cerca les pusieran atención.
Lo de “patético” había sido lo peor. No –se dijo- lo peor había sido que entre quienes miraban estaba Lorena, a quien entonces apenas conocía .  Debería haberme levantado y no haber seguido jugando –pensó-. 
Más de veinte años después había aprendido que en el tablero del tramposo da igual si eres Bobby Fischer o Kasparov, siempre pierdes. 
No sería la única vez en la que se cruzó con Reyes; y de esas otras ocasiones, tampoco guardaba buenos recuerdos. 
………………………………….

El trayecto  no tuvo mayores inconvenientes pero al llegar a Campo Escuela no pudo ingresar con su auto. La entrada estaba bloqueada por dos carabineros y el administrador del  predio. Prefirió no llamar la atención dando explicaciones a viva voz y optó estacionar momentáneamente  en uno de los pocos espacios libres que los móviles de prensa habían dejado en el camino de acceso. Llamó por teléfono a Cifuentes para avisar de su llegada y antes de bajar se dio unos segundos para observar a sus otrora colegas que se encontraban repartidos en pequeños grupos a la espera de alguna novedad que contar en el próximo noticiero. Recordó que no hace mucho había compartido similares afanes antes que lo “desvincularan” del diario y de que comenzara a ganarse el sustento como conductor de radiotaxi, un oficio al que nunca se imaginó podría dedicarse. Todo eso, además de un matrimonio en vilo, eran muchos cambios en poco tiempo pensó. 
Abrió la puerta del auto y apenas salió, de entre uno de los grupos de reporteros se asomó una cabeza curiosa para ver al que llegaba y entonces pudo escuchar y reconocer una voz alegre que medio preguntando, medio saludando, lo recibía con afecto…

_ ¡¿Toño…Toñito?!… ¡Guachito que bueno verte! No me digai, encontraste pega y te mandaron a reportear lo de este finao…

Paula Zabala, periodista del canal "24 noticias", era muy extrovertida y afable.Con una gran sonrisa salió a su encuentro y le hablaba a voz en cuello mientras se le acercaba equilibrando un vaso de café y un cigarrillo encendido en una mano y el micrófono de su canal de tv en la otra. Habían trabajado algunos años en el mismo diario y después de que ella se cambió a la televisión se veían ocasionalmente. Algunas veces compartieron datos de algún reporteo en común.

_ … todo muy truculento y misterioso oye. Del canal me mandaron de punto fijo. Claro que primero pensaron que se trataba de un menor de edad. Pero igual, esta cuestión me da mala espina. ¡Algo huele mal en Dinamarca! Mira que aparecer uno de los jefes de los scouts asesinado aquí mismo durante un campamento…
_ Paula…
_ …además no nos han dejado pasar y creo que el muertito tenía un cargo importante… Acá con otros colegas nos acordamos de esa ceremonia de… de… ¡cómo se llamaba? ¡totemizaciòn! ¡eso!  Esa ceremonia en la que casi matan a un cabro de Viña del Mar. Le pegaron y hasta lo quemaron con un cuchillo ¿Te acordai? ¿No será una cuestión relacionada con…
_ Pau…
_ …eso. ¡Sería la tremenda noticia!  …¡Oye pero que bueno que volviste a las pistas, se te echaba de menos  guachito ¿Dónde estai trabajan…
_ Paula, no vengo por pega. Al menos no para un medio –le dijo con una media sonrisa- Te agradezco la caluroso bienvenida, pero esta vez voy a estar al otro lado de la noticia. Vengo a ayudar en las comunicaciones de la Asociación –le mintió- Me llamaron y vine a colaborar un poco. 
Ella se silenció unos segundos y se quedó mirándolo como ajustando sus ideas
_ Ahhhh pucha, ¡muy injusto todo lo que pasó en el diario, oye! Apenas  te vi me imaginé al tiro que venías a reportear…
_ …entiendo Paula. Igual me alegro de verte.
_ ¡Oye pero verdad que tú también eres de los scouts! ¿Viste que ya no digo “boy scouts” como me enseñaste? Entonces a ti  te van a dejar entrar ¿Tienes mi número, cierto? Es el mismo de hace años. Avísame si hay algo importante. ¡No te olvides de tú amiga ah! Yo también voy a tener algunos datos con los tiras, tengo buenos contactos ahí. Entonces podemos ayudarnos como otras veces ¿Qué te parece guachito?
_ Me parece. Me voy a hacer una idea de lo que pasa allá adentro y te cuento lo que pueda ¿ya? Después tú me das una mano con los PDI. No sé si será la exclusiva pero algo saldrá.
_ Hecho Toñito. Tú sabes … ¡Un dato con otro dato…
_ … y esta historia ya tiene zapatos!



Continuará

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jueves, 28 de mayo de 2020

CALLEJONES SIN SALIDA 2




Pensó que recién había cerrado los ojos pero ya habían pasado seis horas desde que se había acostado luego de llegar a su departamento al terminar el turno de viernes por la noche en su radiotaxi. La jornada había sido de largas esperas, pocos pasajeros y carreras cortas que no daban muchas ganancias para la suma final. Sabía que pagaba el noviciado en un trabajo al que había llegado hace solo un par de meses. Abrió un ojo y vio como la luz de la mañana se filtraba por la sábana que había puesto a manera de cortina en la ventana de su dormitorio. También pudo escuchar algunos bocinazos y el rumor apagado del tránsito en Avenida Recoleta. Pensó que podría seguir durmiendo, pero prefirió desperezarse y se sentó en la cama. Observó en el velador un tarro de cerveza a medio terminar y una manchada bolsa de papel kraft con un lánguido y aceitoso “arrollado primavera”, único vestigio de la discreta y apresurada cena en solitario que había tenido antes de dormir. Se levantó y a la vez que se estiraba y bostezaba se acercó al equipo de música, una de sus posesiones materiales más queridas. La voz llena de misterio de esa extraña amiga llamada Siouxsie Sioux lo esperaba al interior de un disco y Antonio Ibar estaba a punto de invitarla para que lo acompañase esa mañana. Presionó “play” y al instante, en ese preciso momento, antes incluso que Los Banshees tocaran la primera nota, entró una llamada a su teléfono celular...

 ­_¿Aló?

_ Hola ¿Toño?
_ ¿Alberto?
_ Sí soy yo ¿Estás en casa?
_ Sí ¿qué pasó?
_ ¡Ni te imaginai weón! Mejor apúrate y prende la tele. No te puedo explicar ahora… pon el canal “Noticias 24”… rápido dále, dále…yo me quedo en línea y luego hablamos…  

Con el teléfono aún en la mano, y algo alarmado por el tono de voz de Alberto Cifuentes su amigo desde los lobatos, buscó el control remoto entre los cojines de “ecocuero” del único sofá que apenas cabía en el pequeño living. Apuntó al televisor que hace pocos meses, al mudarse después de la separación, había comprado en una bodega de saldos y apretó el botón rojo…


“…y nos han explicado que se trata de la reunión más importante de esta organización para la toma de decisiones a nivel nacional. Reiteramos este no es un campamento con niñas, niños o adolescentes involucrados, se trata solo de mayores de edad que desempeñan cargos de jefatura en esta asociación. La víctima, aclaramos entonces, es un mayor de edad y de lo que hemos podido saber hasta ahora su muerte no se trató de un hecho natural o de un accidente. Es decir, hemos podido averiguar que hay claros indicios de intervención de terceros…” 


Antonio Ibar subió el volumen. Reconoció a la reportera que hacía su despacho con seguridad, micrófono en mano y mirando alternadamente a la cámara de televisión y luego a una pequeña libreta con el logo del canal de televisión. Estaba en el ingreso del Campo Escuela y de fondo se alcanzaban a ver algunos de los altos árboles característicos del predio y a la distancia una de las pérgolas techadas.


“… la identidad de la víctima se mantiene en reserva y funcionarios de la Policía de Investigaciones aún se encuentran al interior de este predio esperando la llegada de algún representante de la fiscalía. Nosotros permanecemos también acá a la espera de alguna versión oficial al respecto. Hasta ahora no hemos tenido a ningún vocero de la organización de Guías y Scouts, pero se nos informó que habrá un comunicado o una declaración que se está preparando en estos momentos.”     


Terminado el despacho Antonio Ibar apagó el televisor. Se quedó inmóvil varios segundos mirando la pantalla negra, notó que en el equipo de música desde el dormitorio Siouxsie Sioux seguía imperturbable y sugerente cantando “Dear Prudence”, y sin salir aún de la sorpresa, escuchó muy muy lejana una voz que lo llamaba. Una voz que lo reclamaba insistente desde el teléfono del que se había olvidado, a pesar de tenerlo aún en la mano... 

  
_ ¡Toño…Toño…TOÑOOOOOO!
_ Sí , sí, ya, aquí… aquí estoy 
_ ¿Viste?
_ Sí, claro
_ ¿¡Qué te parece!? ¡El medio pastel! 
_ Chuuuuuu, todavía no la creo... parece película…
_ ¿Y no me vai a preguntar a quién?
_ ¿A quién qué?
_ ¡A quién mataron… qué más va a ser!
_ ¿Y tú sabes?
_ Sí poh Toño, si yo estoy acá mismo en el Campo Escuela.
_ Ah cierto, cierto. Me olvido que ahora estás en la Corte de Honor Nacional... ¿Quién es el finado, alguien cercano, lo conocíamos?
_ ¡Cercano, lo que se dice cercano para nada! Pero lo conocíamos. Más de lo que hubiésemos querido. Algún recuerdo te debe quedar… 
_ Ya dime…¿a quién?
_ Mataron ni más ni menos que a ¡Fernaaaaaando Reeeeeyes!… 
_ ....
_ ¿aló? 
_ …
_ ¿aló, Toño ¿me escuchaste?
_ ¿¡Me estai webiando!?
_ ¡No weón si es cierto!… se cargaron al mismísimo Fernando Reyes… “Puñalcito bajo el poncho”. ¿Qué te parece? Curioso el libreto del destino mi viejo perro… 
_ ¿Por qué?
_ Porque así mismo fue que lo mataron.... ¡Lo apuñalaron!



Continuará

(LOS ACONTECIMIENTOS Y PERSONAJES DE ESTE RELATO SON FICTICIOS. CUALQUIER SIMILITUD CON LA REALIDAD ES SOLO COINCIDENCIA.)



jueves, 23 de abril de 2020

CALLEJONES SIN SALIDA 1





“Los misterios de nuestro disfraz giran” Sour Times, Portishead.

Varios de los delegados a la Asamblea Nacional lo llamaban “El Ternero”, aludiendo a que era una de las crías de aquellas figuras consideradas “Vacas Sagradas” en el Movimiento. Otros también le decían “El Protegido” o “El Delfín”. Fernando Reyes lo sabía y le importaba poco o nada. Había aprendido a lidiar con las bromas cargadas de sarcasmo. Algunas de esas “tallas” incluso le agradaban porque sabía que, en algunos casos, más que desprecio escondían envidia. Recibía los velados reproches con desdén porque tenía sus apoyos donde le interesaba tenerlos. Donde los había cultivado trabajosamente con esmero, también con astucia, durante años.
 Era oriundo de un distrito modesto en Santiago y en sus primeros cursos de formación supo granjearse amistades entre la dirigencia de reconocidos grupos del sector oriente de Santiago. Grupos solventes. Grupos donde se sentía mejor. En realidad a pocos les extrañó en su primer grupo que un sábado durante un Consejo presentase su renuncia y que a la semana siguiente apareciera flamante, con su nuevo pañolín, en la reunión de la Tropa de un colegio particular en el Distrito Vitacura. Cuando algunas de sus antiguas amistades, que lo conocían desde lobato, lo abordaron y le preguntaron durante un Jamboree por ese cambio, les respondió con tranquilidad y algo de fastidio: “buscaba un lugar más acorde con mi visión de futuro para el Movimiento”. 
De ahí en adelante hizo carrera. De su nuevo grupo al distrito, luego a la zona, después a la Comisión Nacional de Rama. Así fue ganando un nombre y sumando contactos. Vínculos que se extendieron más allá de las esferas del Movimiento y llegaron incluso a funcionarios de rango medio en el gobierno encargados de trabajar con distintas organizaciones de voluntariado en el país. De cuando en cuando le gustaba deslizar en alguna conversación su cercanía con el Director de la División de Organizaciones Sociales y comentar sobre la reunión a la que una vez fue invitado a “La Moneda”. 
Era responsable, sabía adular sin exagerar, se manejaba con extrema facilidad en las distintas redes sociales y tenía capacidad de gestión. Sonreía y mentía con naturalidad. Después de un par de años estudiando leyes se cambió a la carrera de  Administración Pública y según comentaba estaba a punto de egresar. Cada vez que le tocaba hablar en público, fuese en campamentos, con apoderados o en reuniones de trabajo en la Sede Nacional, le encantaba divagar sobre “las ventajas formativas del aprender haciendo” y el “valor pedagógico de la Ley”. En su rápido ascenso en las estructuras de la Asociación fue ganado aliados y detractores. Entre estos últimos se comentaba que para Reyes de esa “Ley” solo importaba un artículo, el “undécimo”.

Encontraron el cadáver de Fernando Reyes la mañana del día anterior al inicio formal de la Asamblea Nacional Extraordinaria de la Asociación de Guías y Scouts. Estaba bajo unas tablas rotas, algunos papeles de diario amarillentos y trozos de sacos viejos. Parecía un borracho durmiendo junto a una sucia pared de adobe. Toda una escena que se podía observar entre los restos de una antigua y quemada casa colonial al interior del Parque Campo Escuela. 
Al conocer la noticia todos se mostraron sorprendidos… pero no todos lo lamentaron.



Continuará

(LOS ACONTECIMIENTOS Y PERSONAJES DE ESTE RELATO SON FICTICIOS. CUALQUIER SIMILITUD CON LA REALIDAD ES SOLO COINCIDENCIA.)



viernes, 21 de febrero de 2020

¿QUÉ ESTÁS TRAMANDO?




    ¿Ya vienes en camino?
    Casi…estaba por salir, pero me demoré un poco porque no encontraba los documentos del…
    No vengas.
    ¿Cómo no voy a ir…qué pasó?
    Se suspendió la Asamblea.
    ¡No puede ser es…es la Asamblea Nacional!
    Callejones está cerrado, no dejan entrar ni salir a nadie.
    ¡Para, para… espera un poco… ¿cerrado, cómo cerrado, quién lo cerró?!
    ¡Los “tiras” viejito!… ¡quedó la maaaaaansa cagada! ¡Asesinaron a uno de los consejeros y acá… todos somos sospechosos!   






Continuará...

The Photographer. Miles Davis.