sábado, 28 de septiembre de 2013

JAMBOREE 1999 Póster



Si conté bien son cerca de 90 fotografías.
Comenzó la primavera. Escucho "O sonho" de "Madredeus" y por el ventanal veo el limonero en un leve agitarse de brisa junto al verde de menta, romero y melisa. Todos en un día de sol.
Las paredes del escritorio desde donde nació este blog son de madera y en la esquina nororiente hay un póster. El más grande de toda la pieza. Creo que es el afiche oficial del 19th  World Jamboree Mondial. Chile 1999.
En su centro el logotipo del evento y a su alrededor las casi nueve decenas de imágenes captadas por el destacado fotógrafo Jesús Inostroza, a quien conocí durante reporteos en La Moneda porque fue fotógrafo de la Presidencia en los gobiernos de Aylwin, Frei y Lagos.
Imágenes que van desde lo alto y hacia la multitud o desde un pequeño rincón para mirar el detalle de lo cotidiano.
En collage: sonrisas, vista aérea de Picarquín, ondear de banderas y un trozo de sandía que come una muchacha. Leones sobre fondo rojo de estandarte inglés en el portal de un subcampo, violinista, equilibrio sobre puente colgante, caminar entre girasoles, insignia con águila calva, graffíti y brazos levantados con manos que replican el signo de la paz. Arpillera con la palabra "scouts" marcada a fuego, guitarra, calcetines colgados en una cuerda, una cruz, el ying y el yang, tocado polinesio, pañuelo kuffiyeh árabe, regresos al atardecer sobre camino de tierra, mano morena con taza blanca, duraznos maduros, todas la razas y juventud.
Una ciudad provisoria con gentes de todo el mundo.
Pueblo nómade que viaja a la caza de un ideal.
Quien no lo vio... no lo creería.
Quien lo vivió... no lo olvidará.

Argot.


domingo, 15 de septiembre de 2013

LINCES




¡He de escribir un elogio a mi patrulla!, me digo y me encargo la tarea en tono solemne. ¿mas cómo lo hago para ser fiel a mi recuerdo, a lo vivido, a mis compañeros, a mi profundo afecto por esa "Lince" que marcó el inicio de mi vida scout?.
Reuniré palabras me respondo. Las iré juntando poco a poco a medida que las encuentre o me vayan encontrando. Palabras especiales. Palabras que tengan hermoso sonido o mejor aún, que a la vez, tengan hermoso significado. En eso he llevado un tiempo y he juntado algunas, pero no estoy seguro de tener todas las necesarias. Algunas las anoté en las palmas de mi mano y otras en papeles que terminé perdiendo.
Guardé la palabra "prodigio" y me dije la usaré cuando hable del primer encendido de fogón una noche de mi primer campamento.
Guardé las palabras "agua, lago, pan y sol" para cuando hable del amanecer de ese campamento en un verano del sur de Chile.
Tengo las palabras "aldea" y "amigos" para ver si al reunirlas puedo describir ese tiempo feliz junto a mis compañeros, ajeno a tareas y calendarios.
Reservo la palabra "tótem", que grandilocuente y misteriosa no se bien ahora donde ponerla.
Guardé "brisa", "noche", "estrella" "juego", "risa", "viaje", "camino", "bosque".
Atesoro otras dos. Son: "promesa" y "aventura"
Tengo algunas palabras y tengo los nombres de todos mis compañeros de patrulla. Hoy sólo puedo escribir uno. Es el de Drago que ahora, a mi lado, mira por sobre mi hombro la pantalla y sonríe.
¿Qué palabras faltan, cómo habré de reunirlas?. Acepto sugerencias.
La tarea está inconclusa.
Sólo una palabra no puedo dejar de lado al hacer una pausa. A todos los "linces" de mi patrulla "Lince". ¡¡Gracias!!

domingo, 8 de septiembre de 2013

EN VIEJO TREN SE ESCUCHAN VOCES


En mis fierros, hoy óxido, hoy frío, aún conservo el roce de tus manos, recuerdo permanente de ese viaje. No quiero olvidar y no quiero que me olvides.
Los rieles que seguían y seguían, eran para mí los de siempre. Tú estabas impaciente por llegar y por eso te parecían casi no tener fin.
No viste que estaba ahí. Cantabas, conversabas, reías. No supiste mi nombre. Yo escuché el tuyo cuando te llamaban y lo aprendí. Supe como eras. Cada una de mis partes me lo dijo. Asientos, ventanas, manillas y suelo. Dormiste y te arrulle. Cantaste y canté. Viajaste y ese viaje gastado se hizo nuevo para mí.
Cuando llegamos bajaste con estrépito y al partir no miraste atrás. Yo dije adiós. ¿Me recuerdas?
Ahora los pasajeros son otros y el trayecto el mismo. Sólo rutina. Todos van separados. Ya no hay un gran viaje, un gran destino, una misma aventura, una sola voz. Pequeños recorridos no tienen la gran fuerza que llevabas tú y los tuyos. Ibas y venías de un encuentro esperado, por comenzar o ya concluido. Algo que llamabas Jamboree, Rover o campamento.
Yo sigo en mi tarea. Aprendo de memoria los paisajes. 
A veces cuando me detengo y nadie queda, mis luces se apagan y viajo por mi interior. Busco algún detalle, algún rincón donde aún quede algo de ti. Si lo encuentro mi recuerdo puede crecer. 
Hay momentos en los que logro escuchar nuevamente tu voz. Comienza en un rincón, viaja por los vagones, rebota en el techo. Un gran eco surge. Aparecen también las voces de quienes te acompañaron. Casi reales. 
Así vuelvo a estar contigo, y puedo revivir esa tenue alegría que tú llamas sonreír.

Recuerdo "Clandestino".