jueves, 28 de mayo de 2020

CALLEJONES SIN SALIDA 2




Pensó que recién había cerrado los ojos pero ya habían pasado seis horas desde que se había acostado luego de llegar a su departamento al terminar el turno de viernes por la noche en su radiotaxi. La jornada había sido de largas esperas, pocos pasajeros y carreras cortas que no daban muchas ganancias para la suma final. Sabía que pagaba el noviciado en un trabajo al que había llegado hace solo un par de meses. Abrió un ojo y vio como la luz de la mañana se filtraba por la sábana que había puesto a manera de cortina en la ventana de su dormitorio. También pudo escuchar algunos bocinazos y el rumor apagado del tránsito en Avenida Recoleta. Pensó que podría seguir durmiendo, pero prefirió desperezarse y se sentó en la cama. Observó en el velador un tarro de cerveza a medio terminar y una manchada bolsa de papel kraft con un lánguido y aceitoso “arrollado primavera”, único vestigio de la discreta y apresurada cena en solitario que había tenido antes de dormir. Se levantó y a la vez que se estiraba y bostezaba se acercó al equipo de música, una de sus posesiones materiales más queridas. La voz llena de misterio de esa extraña amiga llamada Siouxsie Sioux lo esperaba al interior de un disco y Antonio Ibar estaba a punto de invitarla para que lo acompañase esa mañana. Presionó “play” y al instante, en ese preciso momento, antes incluso que Los Banshees tocaran la primera nota, entró una llamada a su teléfono celular...

 ­_¿Aló?

_ Hola ¿Toño?
_ ¿Alberto?
_ Sí soy yo ¿Estás en casa?
_ Sí ¿qué pasó?
_ ¡Ni te imaginai weón! Mejor apúrate y prende la tele. No te puedo explicar ahora… pon el canal “Noticias 24”… rápido dále, dále…yo me quedo en línea y luego hablamos…  

Con el teléfono aún en la mano, y algo alarmado por el tono de voz de Alberto Cifuentes su amigo desde los lobatos, buscó el control remoto entre los cojines de “ecocuero” del único sofá que apenas cabía en el pequeño living. Apuntó al televisor que hace pocos meses, al mudarse después de la separación, había comprado en una bodega de saldos y apretó el botón rojo…


“…y nos han explicado que se trata de la reunión más importante de esta organización para la toma de decisiones a nivel nacional. Reiteramos este no es un campamento con niñas, niños o adolescentes involucrados, se trata solo de mayores de edad que desempeñan cargos de jefatura en esta asociación. La víctima, aclaramos entonces, es un mayor de edad y de lo que hemos podido saber hasta ahora su muerte no se trató de un hecho natural o de un accidente. Es decir, hemos podido averiguar que hay claros indicios de intervención de terceros…” 


Antonio Ibar subió el volumen. Reconoció a la reportera que hacía su despacho con seguridad, micrófono en mano y mirando alternadamente a la cámara de televisión y luego a una pequeña libreta con el logo del canal de televisión. Estaba en el ingreso del Campo Escuela y de fondo se alcanzaban a ver algunos de los altos árboles característicos del predio y a la distancia una de las pérgolas techadas.


“… la identidad de la víctima se mantiene en reserva y funcionarios de la Policía de Investigaciones aún se encuentran al interior de este predio esperando la llegada de algún representante de la fiscalía. Nosotros permanecemos también acá a la espera de alguna versión oficial al respecto. Hasta ahora no hemos tenido a ningún vocero de la organización de Guías y Scouts, pero se nos informó que habrá un comunicado o una declaración que se está preparando en estos momentos.”     


Terminado el despacho Antonio Ibar apagó el televisor. Se quedó inmóvil varios segundos mirando la pantalla negra, notó que en el equipo de música desde el dormitorio Siouxsie Sioux seguía imperturbable y sugerente cantando “Dear Prudence”, y sin salir aún de la sorpresa, escuchó muy muy lejana una voz que lo llamaba. Una voz que lo reclamaba insistente desde el teléfono del que se había olvidado, a pesar de tenerlo aún en la mano... 

  
_ ¡Toño…Toño…TOÑOOOOOO!
_ Sí , sí, ya, aquí… aquí estoy 
_ ¿Viste?
_ Sí, claro
_ ¿¡Qué te parece!? ¡El medio pastel! 
_ Chuuuuuu, todavía no la creo... parece película…
_ ¿Y no me vai a preguntar a quién?
_ ¿A quién qué?
_ ¡A quién mataron… qué más va a ser!
_ ¿Y tú sabes?
_ Sí poh Toño, si yo estoy acá mismo en el Campo Escuela.
_ Ah cierto, cierto. Me olvido que ahora estás en la Corte de Honor Nacional... ¿Quién es el finado, alguien cercano, lo conocíamos?
_ ¡Cercano, lo que se dice cercano para nada! Pero lo conocíamos. Más de lo que hubiésemos querido. Algún recuerdo te debe quedar… 
_ Ya dime…¿a quién?
_ Mataron ni más ni menos que a ¡Fernaaaaaando Reeeeeyes!… 
_ ....
_ ¿aló? 
_ …
_ ¿aló, Toño ¿me escuchaste?
_ ¿¡Me estai webiando!?
_ ¡No weón si es cierto!… se cargaron al mismísimo Fernando Reyes… “Puñalcito bajo el poncho”. ¿Qué te parece? Curioso el libreto del destino mi viejo perro… 
_ ¿Por qué?
_ Porque así mismo fue que lo mataron.... ¡Lo apuñalaron!



Continuará

(LOS ACONTECIMIENTOS Y PERSONAJES DE ESTE RELATO SON FICTICIOS. CUALQUIER SIMILITUD CON LA REALIDAD ES SOLO COINCIDENCIA.)